Ah, para las chicas que preguntaron donde se ubicaba el reproductor con los temas de los Craig que me inspiraron, los encuentran en la parte superior del blog, la línea rosa. Cada tema indica que personaje se lo dedicaría y a quien.
Un beso grande y anímense a comentar en el blog e intercambiamos opiniones. Muchas gracias. Lou
Capítulo
39
Había transcurridos
varios días de haber llegado a la Isla del Oso, la isla más austral del
archipiélago noruego de Svalbard. Con un sol que rara vez se asomaba entre
nubes tormentosas y cuando lo hacía no se ocultaba en el horizonte debido al
verano. Con un mar oscuro y helado aunque no lo suficiente para impedirnos la
navegación. Aquí estaba yo, respirando aire puro, en la zona oeste de la playa,
rodeado de soledad. Varios grupos de focas reposaban en las rocas grisáceas
donde las aguas, agitadas al ritmo del ir y venir de las olas, no las
alcanzaban. Haría frío para los humanos, quizás. Para mí se percibía agradable.
El viento golpeaba mi rostro mojándolo con gotas de mar saladas como si
quisiera despertarme de una buena vez de ese sueño que alguna vez me había
atrevido a soñar.
Por poco había podido
ser feliz junto a ella…
Cerré los ojos…
Liz… ¡Con qué mal
concepto te has quedado de mí! Eso es lo que más dolía.
De todas formas, ¿no es
la mejor opción si esa mujer no será tuya? Sí… Era preferible que me odiara. De
lo contrario cómo hacer para evitar rodearla entre mis brazos y comerle la boca
si ella no pondría resistencia. Pero sus ojos esa última vez… me dijeron que no
deseaba verme más.
Iba a cumplir… Por ella
y por mí.
Un motor lejano provocó
que mis ojos se abrieran y la imagen de “mi rubita” se desvaneciera en la
mente. Giré mi rostro hacia la derecha y pude distinguir un vehículo de rodado
importante que avanzaba a gran velocidad por la costa hacia mi dirección. Era un
coche de esos que pueden trasladarse a toda velocidad por la arena y por
médanos. Un estilo pick up color verde oliva.
Aguardé inmóvil
mientras las focas se disgregaban arrastrándose con agilidad hacia las oscuras
aguas. Subí la cremallera y el cuello de mi chaqueta azul impermeable, y aguardé inquieto. ¿Habría
ocurrido algo con Sebastien?
El vehículo “todo
terreno” aminoró la marcha y se detuvo a pocos metros de mí.
Arquee la ceja y fingí
una sonrisa al ver al conductor, bueno… conductora.
Ster, hija de András,
nuestro socio, parecía empecinada en seguirme los pasos.
¿Cómo deshacerme de
ella? Miré de reojo las aristas puntiagudas del risco que daba al mar, a una
importante altura… No, no era buena idea. Mejor respiraba profundo y me armaba
de paciencia. A lo mejor podría ocurrírseme una excusa valedera e inteligente
para escapar de sus garras e insistencia.
-¡Lenya! ¡Qué suerte te
he encontrado!
-Ster, ¿qué tal?
-Yo muy bien.
Bajó del coche y se
acercó sonriendo con su cabello rubio escapando de su gorra negra a causa del
viento de la costa.
Al llegar a mí se puso
en puntillas de pie y me dio un beso sonoro en la mejilla. Bien… Mejilla casi
boca.
Con las manos en los
bolsillos de su grueso abrigo balanceó sus pies en el lugar hamacándose como
una quinceañera nerviosa ante un posible pretendiente. Bajó la vista y sonrió.
-Ster, ¿por qué estás
aquí? ¿Me seguiste?
-De hecho no –se
apresuró a decir.
Sus ojos me miraron y
sus mejillas enrojecieron.
-Estoy aquí porque tu
hermano me dijo que posiblemente estabas en el lado oeste de la playa. Yo… Vine
avisarte que ha llegado el velero Sterna hace una hora y Rodion pregunta por
ti. Rodion se llama tu amigo, ¿verdad?
-¿Rodion aquí?
-Sí.
-¿Por qué no ha venido
él hasta aquí?
-Pues porque yo tengo
vehículo y llegaría más pronto. A propósito –giró su cabeza a un lado y otro
buscando un transporte-, ¿cómo has llegado hasta aquí?
-Corriendo.
-¿Corriendo?
-Sí, entreno para
correr carreras en Murmansk desde bastante tiempo.
-¡OH! Eres genial.
-Sí eso decía mi madre,
gracias. Ahora, ¿podríamos ir a la central?
-Por supuesto, por eso
he venido. Intenté que Rodion me acompañara pero dijo que prefería esperarte en
tu cabaña. No lo noté muy bien.
Mi rostro empalideció.
Más de lo que acostumbraba a lucir por ser vampiro.
-¿Qué dices? ¡Vamos,
por favor! No perdamos tiempo.
Subimos al coche y ella
se dispuso a manejar con una agilidad y velocidad increíble.
-No te asustes.
Conduzco desde muy jovencita.
-¿Sobre la arena
también?
-Sí. No en esta isla
pero en otras playas de Europa he adquirido bastante experiencia.
De ahí en más todo el
viaje comenzó a detallarme una serie de consejos como conducir en la playa.
Como si fuera a conducir… ¡Qué diablos me importaba!
-Debes estar atento a
los pozos o algún badén aunque sea inhóspito el lugar. Procura no forzar el
motor ya que la fricción con la arena suele calentar el motor. Cuando subes los
médanos no debes hacerlo en diagonal, puedes volcar. Y para arrancar siempre en
segunda, de lo contrario te enterrarás.
-De todas formas no
estoy asustado. Estoy preocupado por mi amigo- interrumpí.
-Llegaremos muy pronto,
tranquilo.
Estaba preocupado por
el repentino viaje de Rodion, además el aroma a hormonas femeninas en la cabina
del coche estaba mareándome. Temía que saltara sobre mí y abusara. En realidad
no lo hizo abiertamente…
-Lenya, ¿tienes novia?
-¿Disculpa?
-Pregunto si tienes
novia. Me gustas mucho y creo ser un buen partido para ti. Soy soltera,
inteligente, graduada con las mejores notas en la Universidad de Oslo, mi padre
empresario, y no me considero poco atractiva.
Por un momento su
seguridad hizo que recordara a mi hermana Scarlet, claro que sin su glamor y
frescura.
-Ehm… Sí, eres un
excelente partido, pero no para mí.
Desvió la vista unos
segundos de la playa y me miró como si le hubiera arrancado el corazón.
¡Lenya, invéntate algo
ya!
-Soy gay.
¡Mierda! ¿Esa idea se
me había ocurrido? ¿No tenía otra mejor?
Suspiro con alivio y
luego sonrió.
-Mil disculpas Lenya.
Te he atosigado, perseguido hasta el cansancio.
-Nooo, en absoluto
–mentí.
-¿Podrás disculparme?
-No te preocupes. Está
todo bien.
Después de un largo
silencio en el que creí que por fin su boca parlanchina no emitiría sonido
murmuró riendo.
-No puedo creerlo, mi
hermano estará feliz.
-¿Tu hermano?
-Siiii. Es gay, ¿sabes?
Y en cuanto te vio la otra vez que visitó la isla quedó enamorado de ti.
-¿No digas? –pregunté
tragando saliva.
¡La madre que los
pariooooo!
Mi pregunta esencial
sería… ¿Tenía un imán para meter la pata o cualquiera que manejara el destino
me odiaba?
El resto del viaje tuve
que soportar escuchar las cualidades del hijo de András de la boca de su hermana.
¡Por los infiernos! Fue una suerte que en la puerta de la cabaña estuvieran
Sebastien y Rodion esperando. Lo único que atiné es a darle las gracias y
saltar del vehículo prácticamente en movimiento.
Sebastien me miró y
aguardó que me acercara para bromear.
-Vaya hermano,
cualquiera diría que te has escapado de un secuestro.
-Algo así.
Saludé a Rodion y mis
ojos buscaron su mirada para conseguir que me adelantara el motivo de su
visita. Sin embargo sólo consiguió preocuparme más.
Yo… Los dejo solos
–dijo mi hermano-, estaré con András en el bar planeando el nuevo acueducto.
Nos reuniremos en dos horas. ¿Les parece bien?
-Sí, allí estaremos
–murmuré mientras Rodion asentía con la cabeza.
Apenas entré a la
confortable cabaña seguido de Rodion, me senté en uno de los sofás mientras él
se mantenía de pie cerca de la puerta.
-Oye, ¿es tan grave lo
que me dirás que temes por tu vida y deseas escapar?
-Es grave –susurró-,
pero no es por ti. Es algo sobre mi vida. Y estoy de pie porque no puedo
sentarme y mantenerme quieto. Me siento… Estoy muy nervioso.
-¡Diablos Rodion! Larga
el rollo de una vez.
-Voy a ser padre.
Pestañee varias veces y
mi boca se abrió como “O” redonda.
-Sí sabía que te tomaría
de sorpresa. Lo mismo me ocurrió a mí.
Me recosté en el
respaldo sin dejar de mirarlo boquiabierto.
-Sí, me sorprendiste
–dije al fin.
-¡Te das cuenta que
catástrofe!
Arquee la ceja.
-Bueno, tampoco
catástrofe. Si me dijeras que no amas a Sara podría ser difícil y… ¿No la amas?
Estamos hablando de Sara, ¿no es así?
-¿Y de quién más?
¡Claro que hablamos de Sara! Pero…
-¿Pero?
-Lenya, Sara es
adorable y la deseo…
-¿Pero? –volví a
insistir.
-Tengo a tu madre muy
metida en mi corazón.
Bajé la mirada y me
mantuve pensativo.
Cierto que nadie
ocuparía el lugar de mi madre para ningún macho. Ella era especial y nadie la
reemplazaría. ¿Sin embargo era justo para Rodion?
-Siéntate Rodion.
Aceptó la invitación y
se ubicó frente a mí.
-Rodion, mi madre está
muerta y no volverá. Debes aprender a vivir con eso. Eres joven, no deberías
renunciar a amar de nuevo. Menos ahora que serás padre. ¿Te gustaría que tu
hijo no creciera contigo?
-¡Eso nunca!
-¿Entonces?
-Sólo digo que no es lo
que yo esperaba del amor. Ella me gusta mucho, es encantadora…
-Entiendo, ¿por qué no
te das un tiempo para pensar que quieres de tu vida?
-Yo… me hubiera gustado
que tu madre viviera.
Pensé unos segundo y
dije lo que pensaba, aunque doliera era la cruda verdad.
-Voy a decirte algo,
Rodion. Sabes que no busco lastimarte como antes.
-Lo sé.
-Lo hago porque es la
verdad.
-Dime.
-Mi madre está muerta,
pero si viviera jamás se enamoraría de ti. No porque no lo merecieras, sino
porque ella amaba a mi padre y lo haría hasta el último día de su vida.
Bajó la vista y sonrió
apenas.
-Lo sé.
-Creo que hay algo más
que te impide entregarte a Sara. Porque cuando la miras tus ojos brillan de
entusiasmo y dicha. Sin embargo hay algo… ¿Qué es Rodion?
Sus ojos observaron la
sala acogedora y confortable que nos rodeaba antes de mirarme.
-Yo, Rodion Vasíliev,
¿qué puedo ofrecer a mi hijo y su madre?
-¿Te recuerdo lo que me
has dicho cuando te dije que no había tenido padre? ¿Recuerdas? Te enojaste y
me reprochaste que no te hubiera visto como un padre a pesar de la ausencia de
mi progenitor. Ese día entendí que padre no era sólo aquel que te había dado la
vida sino aquél que había estado contigo todo el tiempo, acompañando tu
crecimiento, siendo tu guía. Hoy frente a ti después que tanta agua pasó bajo
el puente te digo convencido que sí tuve un padre y fuiste tú. Y si no te
hubieras cruzado en nuestro camino ignoro si hubiera podido tener tanta suerte.
Sonrió con una mueca de
escepticismo.
-Hay que reconocer que
cuando te propones ser encantador, Lenya… lo consigues. Entiendo a Liz.
Sonreí.
-¿Sabes? Tengo memoria
suficiente para acordarme de cada consejo que me has dado. Seguramente tú
creerías que no te escucharía o no te prestaría atención, pero sí lo hacía. Una
vez me puse muy mal porque no lograba materializarme. Ya era un adulto.
¿Recuerdas que tomaste un pasaje de ese filósofo y escritor romano… ehm…?
-Séneca –contestó.
-Exacto. Decías, Admira a quien lo intenta,
Lenya… aunque fracase.
Sonrió.
-Creí que no te
acordarías de aquellos tiempos. Sé que soy un ser honorable pero a veces no
basta. Yo… -titubeó si hacer memoria o no-. Cuando mi hermano Sergey me echó
dejándome sin nada, me convertí en poca cosa. No porque el dinero fuera lo más
importante para mí, pero no tenía nada que brindar a una futura compañera si
quería formar un hogar.
-Formaste un hogar
junto a nosotros, Rodion. Trabajaste arando los campos de alrededor de sol a
sol.
-Sí, cierto. Hasta que
me convertí en un vampiro. Entonces, sólo fui tu sirviente. Nada sé hacer. Sólo
sirvo para dar consejos.
-Ahora yo voy a
aconsejarte Rodion, según un filósofo anónimo cuyo nombre ignoro pero en tu
caso servirá. Hay cuatro cosas que no vuelven más. Una bala disparada, una
palabra hablada, un tiempo pasado, y una ocasión desaprovechada. Querido y fiel
amigo, no dejes que la felicidad se te escurra de las manos por el miedo.
Sonrió nuevamente,
mirándome con esa ternura que solía hacer cuando yo lo atormentaba con
preguntas sobre la vida.
-¿Consejos vendo para
mí no tengo? –agregó.
Reí.
-Sí, puede ser. De
todas formas ahora tú eres quien importa. Lo mío no tiene solución.
Arqueó la ceja pero no
dejé que continuara. Me puse de pie.
-Vamos, Sebastien debe
estar preguntándose cuál es nuestro secreto.
Rio.
-Okay, vamos. Quiero
que sepas que no le he dicho nada a tu hermano. Prefiero que Sara se encargue
de ello.
-Cuenta conmigo.
…………………………………………………………………………………………….
El bar estaba ubicado
en el centro comercial. Bueno, no podía llamarse centro comercial al único
mercado de víveres rodeado de las cabañas de los obreros y distintos empleados
de la estación meteorológica de la isla. Sin embargo era lo más parecido a la
urbanización si tomábamos de ejemplo el Polo Norte y sus islas.
Gracias a András y a mi
hermano la cafetería lucía esplendorosa y elegante, además de acogedora. Quizás
con la idea que poco a poco las esposas, novias, hembras, o lo que fueran,
poblaran la isla incentivando a sus parejas a permanecer más tiempo en las
tierras heladas.
Sentados en una de las
mesas que daba a la costa salpicada de rocas de todos los tamaños, bebí un
trago de whisky escocés, regalo de András a Jim, el viejo mesero, que tan
gentilmente convidó con una ronda. Mi hermano habló sobre el futuro acueducto y
afianzó la idea de que la compra y transporte de agua mineral seguía siendo lo
más indicado. András estuvo de acuerdo e informó a Sebastien que el ingeniero había
terminado los estudios del suelo en la isla y la forma de construir la obra se
hacía imposible. Por otra parte montar
una planta desalinizadora para convertir el agua de mar en potable
significaba gastos demasiado extraordinarios. A sí que el proyecto quedó
trunco.
Noté a Rodion pensativo
y callado todo el tiempo que estuvimos reunidos, y no era para menos. Nada ni
nadie lo sacaba de quien sabe que pensamiento o idea de cómo enfrentar la
situación ante Sara, si él mismo no se creía merecedor del amor y de una
familia.
Claro que su mundo
aislado terminó en el momento que András abrió la boca para felicitarme por la supuesta
valentía… ¡Por todos los infiernos!
Después de tomar otro
trago hasta ver casi el fondo de su vaso, András Paulsen me sonrió y propuso un
brindis por mí. Sebastien lo miró, me miró, y dibujó una mueca de no entender
el motivo del festejo. Nada era peor que desasnar a mi hermano y verle los ojos
gris plata salirse de las órbitas. Creo que preferí en ese instante que la
tierra me tragara y surgiera junto al tal Drank abrazados y cantándole una
canción de los Beatles para dormirlo. Bueno… Casi.
Lo cierto que cuando
András, caballero de brillante armadura y defensor de los casos imposibles
defendió mi postura de gritar a los cuatro vientos que era gay, provocó que
Rodion saliera de la burbuja y mi hermano me apuñalara con miradas asesinas.
-Mi querida Ster me lo
dijo, Lenya. Me alegro que no te avergüences de ser gay.
-¿Perdón? –dijo mi
hermano.
-¡Vamos Sebastien! ¿No
dirás que eres uno de esos que esconde un familiar porque es gay? –se enfadó
András.
-Noo, en absoluto
–protestó Sebastien acribillándome con la mirada.
-¡Me alegro mucho! Mi
hijo es gay y yo lo apoyo.
-¡Claro! ¡Hay que
apoyarlo! Eso es lo que hago todos los días a cada minuto, querido András.
Su rostro tradujo un
“voy a matarte” y sonrió fingiendo cordialidad.
Todavía Rodion tocía el
trago de whisky por la sorpresa que se había llevado cuando Sebastien se puso
de pie de un salto.
-OH, Sebastien, espero
no haberte incomodado –se excusó András.
-No te preocupes, no es
por tu revelación en cuanto a mi hermano si de hecho -me miró para partirme-,
no lo ignoraba y me alegra que te lo haya confesado. Sólo que el próximo Sterna
por la mañana será el que nos lleve a destino. Tenemos una boda en la familia,
debemos prepararnos para viajar.
-OH, siii me los has
dicho. Espero que todo salga bien.
-Gracias, querido
socio.
Está demás contar que
apenas cerramos la puerta de la cabaña Rodion se echó a reír y Sebastien me
regaló el reto del año. Hasta me hizo sentir un miserable. Para eso era
experto.
-¿Me quieres decir qué
diablos le has dicho a Ster?
Me tiré en el sofá
mientras lo observaba con el ceño fruncido y los brazos en jarro.
-Lo que escuchaste, que
soy gay. Lo primero que se me ha ocurrido.
-¡Mira qué bien! ¡Qué
imaginación tienes!
-¿Cuál es el problema?
-¿Cuál es el problema?
¿De verdad preguntas? Te diré cuál es el problema.
-¡A ver, a ver,
sabiondo!
-Que mientras tú te
resulta chistoso declarar que eres gay como muy suelto de ropa, hay muchas
personas que luchan día a día por tener un lugar en esta puta sociedad que
discrimina.
-Sebastien, no es para
tanto –murmuré.
-Sí lo es. Te lo tomas
como chiste, como una broma, y es un tema serio y sensible para una gran
cantidad de seres.
-Okay, okay, Teresa de
Calcuta, perdón. No quise burlarme sólo se me ocurrió sacar del medio con esa
excusa. Sin embargo, no te preocupes, ya me dijo que su hermano era gay y
gustaba de mí así que estaré en problemas cada vez que él viaje a la isla y
coincidamos.
-Pues, ¿sabes qué? Dile
la verdad. Que estás enamorado de una chica llamada Liz que te vuelve loco y
que jamás tendrá remplazante en tu corazón.
-Eres un cagador,
Sebastien –protesté-. Ahora sí me has arruinado el día y los sucesivos del mes.
-Me alegro, ¡te lo
mereces por irrespetuoso! Voy a hacer mi maleta.
Cuando me quedé a solas
con Rodion, él cerró los ojos sonriendo y negó con la cabeza.
-¿Qué querías que
hiciera? Abrí la boca y fue lo que salió.
-Ay tu bocota Lenya
Craig. Ojalá tu espontaneidad te sirva de algo algún día. Quien sabe…
Hola cariño, gracias por este capítulo, siempre disfruto de leer tu historia :) ¿Sabes? Me causa gracia la interacción de Sebastien y Lenya, es muy de hermanos, en cierta medida es como si fueran chicos, es muy gracioso, pero Sebastien tiene razón en que su hermano podría contener un poco su lengua, se ofusca con facilidad y eso le trae problemas. Veremos qué pasa con Liz, que le tengo mucho cariño a esa pareja.
ResponderEliminarUn besazo, amiga, espero que estés bien.
¡Hola Claudia! Tienes razón son dos típicos hermanos. Este Lenya no sabe vivir sin meterse en líos. Veremos que le dice al hermano de Ster cuando se cruce con él. Un besazo amiga y gracias por pasarte.
EliminarHola Lou!!
ResponderEliminarHay Lenya no se te pudo ocurrir otra cosa, en vez de librarse de ella mas bien le dijo que su hermano es gay jaja, fatal este hombre para las mentiras, a la próxima que tenga cuidado, y me gusto el consejo que le dio Lenya a Rodion muy bien dicho, gracias por el capitulo te mando un fuerte abrazo!!!
¡Hola Lau! Jajajaja este Lenya es terrible. Pero le vamos a tirar un manto de piedad porque está solito y sufriendo, ¿verdad? Lo que le dijo a Rodion es sensato. Y sí... Consejos vendo para mí no tengo. Un besote reina y gracias como siempre.
Eliminarsin duda alguna la diversidad de tus personajes, sorprenden a cualquiera,,,pero un macho convertido en gay, es el colmo,,jajaj,,,abrazos amiga Lou...
ResponderEliminar¡Hola querido amigo! Gracias por tus comentarios y por estar siempre presente apoyando a lo Craig. Un abrazo enorme.
EliminarMuy buenas mi querida Lourdes, como siempre maravilloso. desde la charla de Rodion diciendo a Lenya que va a ser padre, hasta esa salida de Lenya, que claro no se le ocurre otra cosa que decir SOY GAY jajajaj. Como decimos por aquí no sale de Málaga cuando se mete en malagón, toma ya. Sólo de imaginarme la cara de Sebastien creía que me moría de la risa y esa carcajada de Rodion. Ahora solo faltaba al hermanito de la motera tirándole los tejos a Lenya. A ver como diablos saldría de eso jajajajaj. Besitos corazón espero impaciente el próximo capi.
ResponderEliminar¡Hola Anabel! Mi querida amiga lo paso bomba con tus comentarios. Te agradezco el ánimo que me das siempre para que los Craig sigan adelante. Un beso enorme y veremos que pasa con Lenya y sus metidas de pata. ¡Cuándo madurará! Muchas gracias tesoro.
EliminarHola Lou... Lenya sigue pensando en Liz... es lógico ya que la ama de veras
ResponderEliminar¡Vaya con Ster!
Yo creo que Lenya no ha dicho que es gay para burlarse de nadie... mas bien creo que es la primera excusa que se le ha ocurrido para que Ster se olvide de él, y no tener que nombrar a Liz
jajaja... El problema puede ser ahora el hermano de Ster
Rodion amó mucho a la madre de Lenya, pero ella no le correspondía... Tal vez un día Rodion se sorprenda amando a Sara, no por el hecho de que vaya a ser la madre de su hijo, sino por ella
Como siempre, un gran placer leerte
De vez en cuando, escucho las canciones de arriba... las descubrí hace tiempo ;-)
Y me parece estupendo saber qué día publicas
Besos